SERIE SUPERVIVENCIA EN CARRETERA: PERROS COMEMOTOS

Cuántas veces no se nos ha puesto al corte un perro mientras vamos pasando en Moto por algún lugar, sea durante la ruta usual camino al trabajo o inesperadamente en ese recorrido novedoso?  Si aún no han sido víctimas de persecución canina, mis amigos, es probable que no lleven mucho tiempo andando en Moto o tengan demasiada suerte.  En lo que a mí respecta, ya le perdí la cuenta al asunto hace mucho tiempo, pero uno que otro detalle sí he aprendido a lo largo de los repetidos despliegues de bravura territorial zaguatil. Veamos cómo podemos salir airosos de estos encuentros del tercer tipo con uno o varios perros sin perder la serenidad o la cabalgadura.



1) El perro es un animal territorial y ver pasar una Moto y escucharla rugir en sus dominios no le suele hacer mucha gracia. Si tiene chance,va a querer salir detrás de nuestra Moto para probarnos qué tan Macho Alfa es, aunque también puede ser su contraparte femenina la que nos pega la carrera. En la casa siempre hemos tenido perras y nunca les faltó ganas para corretear carros, Motos y bicicletas por igual, entonces mejor dejar la cuestión de género perruno de ladito, que igual los dos corren y muerden.

2) Una vez que el perro nos divisa, nos va midiendo poco y empieza a exhibir ciertas señales como orejas paradas, rabo parado, contacto visual directo, pelos de punta y cierta rigidez muscular, todas indicaciones claras de que ya nos tiene en la mira y poco le falta para pegar carrerón.  Para este momento ya tienen trazado un plan de ataque, listos para salirnos por detrás, de costado o de frente.


3) Aunque seamos más grandes (el conjunto Moto-piloto), a la mayoría de perros no parece importarles mucho, ni siquiera si ellos son bastante pequeños.  Simplemente el impulso, la urgencia de ladrar y perseguir y hasta tratar de morder o lograrlo son muy fuertes. Acá es donde el animal va a empezar a ser predecible, pero si logramos romper con su "ciclo" de concentración podemos evitar ser parte de su juego.

4)   Por ejemplo, una vez que el perro nos ve en movimiento, su interpretación es que somos una presa, que somos débiles y por lo tanto huímos o que simplemente somos algo divertido que corretear. Acá hay dos opciones básicas: la primera, si no hay obstáculos ni posibles riesgos, podemos meterle al gas y dejar botado al perro (a veces tal vez sea necesario subir los pies a lo alto, incluso subirlos a la manivela, con tal de que el perro no nos alcance ni el ruedo del pantalón), mientras que la otra opción es más bien bajar la velocidad, algo que el animal suele interpretar como "tal vez yo no sea el Macho Alfa en esta situación", lo que los hace detenerse, dudar y hasta echar para atrás, temiendo que los ataquemos.  No quitar la vista es aconsejable; hacerlo demuestra inseguridad y el perro nos viene leyendo el lenguaje corporal desde el inicio.

5) Podemos retirarnos lentamente, mientras el perro aún duda, sin dar mucho gas o hasta con el motor apagado para no provocarlo más. Salir despacio le quita mucho, sino toda la gracia a la maña de estarnos persiguiendo. De forma alternativa, mientras el animal se queda pensando qué hacer ya que su plan original no funcionó, podemos aprovechar para escapar abriendo el gas con liberalidad, confiando en la potencia o agilidad de nuestra máquina.

6) Para que quede claro, aunque en este video el chavalo parece hacerlo, es pésima idea empezar a tirarle patadas al perro (no solo nos va a distraer y podríamos caernos o chocar, sino que el can se nos puede guindar al pantalón o la pierna sin necesidad). Repito: nada de querer ponerse a jugar futbol con el perro, aunque en el susto y la congoja del momento ese sea el primer reflejo que se nos viene a la mente. Si vamos con alguien atrás, hay que tener más cuidado con que el perro no nos muerda ni lo haga con el pasajero o pasajera. En general al animal le puede quedar más fácil morder a la persona atrás, que tal vez no se ha percatado del súbito cambio de situación y su reacción por defecto podría ser empezar a mandarle patadas en vez de tratar de quitar de alcance los pies y piernas.

 7) Si el perro no es solo de los que persiguen y ladran es posible que nos toque vérnosla con un verdadero Macho Alfa, un perro agresivo y sin miedo de entrar en modo pelea. En ocasiones, me ha tocado cubrirme detrás de la Moto y sacar el gas pimienta o el bastón extensible como defensa, para mantener a raya al animal.  Como amante de los perros de toda la vida, me dolería tener que rociar a un perro con gas pimienta (y por fortuna nunca me ha tocado hacerlo), pero una vez me vi obligado a tirar un chorrito a unos 20cm de las patas del cuadrúpedo aspirante a atacante.  Con solo oler de lejitos al animal le quedó muy claro que ese no iba a ser su día para lucirse conmigo.  Ya con un perro muy grande, fuerte y agresivo, si la vida peligra, no debe haber duda ni miramientos.  Si son varios perros, que también me ha tocado, localizar al Alfa de la manada no es tarea difícil y con hacerle a este una advertencia firme los demás entienden el mensaje. Repito que no es bueno quitar la vista, aunque podemos ir escapando lento, muy lento.


8) Si el animal es del barrio o de alguno de los lugares por los que rutinariamente pasamos, a veces es buena idea tratar de localizar al responsable del perro y hacerle ver que pone en peligro a su mascota como a otros choferes al dejarlo suelto y haciendo fiesta con la perseguida de carros, Motos, bicis y gente.  Al fin y al cabo, el pobre animal no tiene la culpa de ser lo que es y querer seguir sus instintos, pero es de esperarse que la racionalidad y cortesía del dueño corrijan la situación.  De lo contrario, o si el cuadrúpedo no tiene dueño, es mejor averiguar si las autoridades o alguna asociación protectora de los animales puede tomar cartas en el asunto.  Hay animales que son conocidos reincidentes y ya se han jalado tortas y pueden seguirlas ocasionando si nadie hace algo al respecto.

9) Como persona de perros que soy, duele decir esto, pero como Motociclista que desea seguirlo siendo por todos los años que Dios permita, hay momentos en que va a tocar anteponer nuestra integridad física a la del antagonista perruno si ya se nos termina metiendo directo a las llantas o nos sale de frente y dificulta nuestra ruta de evasión.

Aunque no me quería morder ni perseguir ni nada, una vez me salió un perro mientras bajaba con un amigo como a 60 por hora sobre mojado. Le pité al perro y bajé velocidad como a 40, pero el animalito no se dio por enterado; aún logré bajar a 20 por hora pero ya temía que seguir frenando me hiciera derrapar y malmatarme con el pasajero, un alumno en clase de calle. Solté los frenos y me dispuse a golpear al perro, esperando que no desequilibrara la Moto.  Respiré profundo y, en vez de sentir el impacto y al perro debajo de las llantas, solo sentí un golpe en mi bota derecha. El perro, que no era tan grande, se despertó de un susto ante el golpe no tan fuerte que se llevó en la cabeza...se alejó llorando un poco, pero todos salimos bien parados después de todo.

En otra ocasión, endureando, a un compañero le salió un perro por un trillo y lo hizo ir frenando en derrape como unos 30 metros. De no haber podido esquivarlo, el consejo hubiera sido centrar al animal y darle gas para aumentar la probabilidad de no caer y alivianar la suspensión delantera para la embestida. Yo venía atrás para tirarme el pacho y pasar despacio junto al atravesado y animoso perro.

Todavía en otra, la única desde que ando en Moto en que un perro me ha mordido (hasta sangre me sacó y conservo la marca en el tobillo izquierdo), varios perros me siguieron mientras llegaba a un hotel de montaña con una amiga. Los evadí acelerando y levantando ambos las piernas, pero al desmontar, el perro más grande la manada de 6, un Alfa pastor alemán, se me prensó a traición y empezó a huir. El traidor no se imaginaba que antes de correr tres metros ya yo iba a tener el bastón extensible en mano para arrearle en los cuartos traseros. Se fue llorando y no supe más de él hasta el día siguiente, que llegó sumiso como a pedirme perdón.


Hace tiempo que no me corretea un perro que me ponga a sudar al pasar en Moto, pero en gran parte creo que es ya por las experiencias vividas y asimiladas con los caninos cuadrúpedos y a tener siempre un plan A, B y C si la cosa se pone fea. Espero que les puedan servir los consejos para que no les peguen un ñangazo o se escapen de caer o lesionar por evadir a un perro persecutorio. Ahí me cuentan cómo les va!


R.




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1 comentario:

  1. Que buen artículo, a mi me pasó que me saliera un perro a ladrarme desde atras de un auto, desgraciadamente cuando apareció ya era tarde ni alcancé a frenar. Yo venia por una calle tranquila como a 40km, con un pasajero, el carro estaba parado a la izquierda y al ir casi llegando a la punta del carro salió el perro, solo escuche guau gua... y ya estaba debajo de la rueda delantera, salimos volando, mi amigo me cayó encima. Por ser joven, el "nunca me pasará nada", "total la moto es chica (de cilindrada)", todas esas tonterías... no llevaba casco. Esto que te cuento, es lo que me contaron que pasó, porque solo recuerdo el perro saliendo detras del coche, y luego de eso recuerdo estar sentado con un monton de gente alrededor y sangrando. Total: 4 puntos en la barbilla, perdí un pedazo de cartílago de una oreja, raspones por toda la cara y el cuerpo y un pie roto (con 70 días de yeso y una rehabilitacion de 4 meses para volver a caminar, se me rompió el hueso escafoides), y no recuerdo los 20 minutos anteriores y unos 40 minutos posteriores al choque. Recuerdo estar en casa de mi amigo preparandome para salir, y luego lo próximo que recuerdo es ver el perro saliendo a ladrarme.

    Nunca mas dejé de usar el casco.

    Todavía me acuerdo del perro cuando hay mucha humedad y me duele el pie :)

    Te mando un abrazo.

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